A los dos años sufrió una grave infección que lo dejó prácticamente invalido, pintaba caras a sus calcetines e inventaba sus propias historias. Tras su recuperación, Estados Unidos estaba inmerso en la 2da Guerra Mundial, por lo que el FBI lo acompañó directamente desde el hospital, hasta el campo de internamiento de Arizona, donde había sido recluida su familia por ser japonesa. En este campo permaneció hasta acabada la guerra.
Después de la Guerra, su familia abrió el restaurante Ariake Chop Suey, y entretenía a los clientes con bromas y como vividor de las cenas en grupo.
Su primer papel en cine fue una pequeña intervención en la película “Millie una chica moderna”, una comedia musical donde Morita hacía un estereotipado papel de secuaz del malo de turno.
En 1984 tomó su papel como el sensei Kesuke Miyagi, el mentor del joven Daniel. Este papel le hizo merecedor de una nominación al Oscar como mejor actor secundario.
Dibujo a grafito.
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