Emanuel Goldenberg nació en una familia judía, emigró con su familia a Nueva York y consiguió una beca para entrar en la Academia Americana de Artes Dramáticas, donde transformaría su nombre por el de Edward G. Robinson. Comenzó su carrera como suplente y debutó en Broadway. Su primer papel en el cine fue un papel secundario en 1916. La interpretación que le lanzaría a la fama sería la de Rico Bandello en “Hampa dorada” (Little Ceasar) que le llevaría a ser el hombre duro de la década de los 30. Así, Robinson pasó de hacer tres películas al año a hacer más de 14 en los dos años siguientes. Durante los 40, su perfil encajaría con el de dramas psicológicos como el de “Perdición” de Billy Wilder, “La mujer del cuadro”, o “Perversidad” de Fritz Lang. Pero continuó aceptando papeles de gangsters como el de Johnny Rocco en el "Cayo Largo" de John Huston, la última de las cinco películas que haría con Humphrey Bogart.
En la década de los 50, fue acusado de comunista, y testificó ante el comité de la famosa Caza de Brujas. Posteriormente tuvo que vender parte de su colección de arte para sufragar los gastos del divorcio con Gladys Lloyd. En este momento fue en el que Cecil B. Demille decidió trabajar con él en “Los diez mandamientos”.
Robinson llegó a ser enormemente popular con una carrera de más de 90 películas en 50 años de profesión. Su última escena sería un suicidio en el clásico de culto de la ciencia ficción “Cuando el destino nos alcance”, moriría dos meses después de haber rodado esta película y dos meses antes de que se le concediera un Oscar honorífico a su carrera. Robinson nunca llegó a ser nominado por sus intervenciones.
Dibujo a lápiz.
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