El Conde Drácula es un personaje fascinante, un ser de la oscuridad, frío, gris que vive de la sangre de los seres humanos pero con un gran magnetismo.
El actor Friedrich Murnau, para mi gusto, interpretó al mejor Drácula (o Nosferatu) de todos, representando la parte más oscura de un vampiro, un ser retorcido y oscuro que se deja llevar por la sangre, no como los de ahora que brillan con el sol, llevan tupé y conducen un Volvo.
Como curiosidad del Nosferatu de 1922, conviene saber que la viuda de Bram Stoker denunció la película por infringir los derechos de autor (la SGAE de aquella aun no existía), pues no se pagaron los debidos derechos. Murnau perdió el juicio y fue condenado a destruir todas las copias, menos mal que unas pocas se almacenaron y conservaron, permitiendo que en la actualidad dispongamos de "Nosferatu".
Dibujo en acuarela, en tonos pardos para intentar conseguir el tono sepia de las películas antiguas.
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